Es innegable que los dispositivos electrónicos y las pantallas luminosas están presentes cada vez más en nuestra vida cotidiana: celulares, relojes inteligentes, computadoras, tabletas y más. Sin embargo, esta tecnología aún no ha podido desbancar a un producto que, desde hace siglos, es el más importante en el día a día: el papel. Aunque se predecía el final del libro físico ante la llegada del libro electrónico, el tiempo ha demostrado que estamos muy lejos de dejar de utilizar el papel. El éxito de este material quizá se deba a que, tanto en su forma simple como sus derivados, todos ellos están presente en casi todos los productos que consumimos a diario: libros, libretas, posters, artículos de higiene y, por supuesto, cartón, con el que se fabrican otros tantos productos. Además, no podemos ignorar el aumento de compras por internet que hubo el último año, un mercado el cual no podríamos imaginar si la presencia del cartón.
A pesar de que todos conocemos la importancia del papel y el cartón, se han desarrollado varios mitos en torno al mismo, en especial, aquellos relacionados con la sostenibilidad ambiental de su producción. Es decir, en diferentes sectores, se ha desarrollado la falsa idea de que la producción de papel contribuye a la deforestación. Sin embargo, esto no es más que un mito.
La industria del papel sigue un proceso basado en la sostenibilidad ambiental. En varios países del mundo, como España, Estados Unidos, Brasil y Canadá, se utilizan cultivos especiales para su fabricación, de manera que la materia prima está en renovación gracias a la constante replantación. Por otro lado, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha identificado las prácticas agrícolas como la principal causa de deforestación en el mundo; un problema al que NO contribuyen las plantaciones especiales para la fabricación de papel, incluso ayudan a evitarlo, pues, al ocupar este espacio para sus cultivos especiales, impiden la expansión de las zonas agrícolas, así como de construcciones de otro tipo. Por su parte, la industria del papel y el cartón en México también ha colaborado en la solución de los problemas ambientales, a través del desarrollo del Modelo de Economía Circular. Dicho modelo se basa en el reciclaje, pues el 90% de su materia prima es papel y cartón en desuso, lo que ha disminuido considerablemente la huella de carbono. Gracias a esta iniciativa de la industria papelera, nuestro país se ha colocado en el cuarto lugar de reciclaje en el mundo. De manera que, lejos de contribuir al deterioro ambiental, las productoras de papel y cartón contribuyen a su sostenibilidad.
Ahora es nuestro turno de retribuir al medio ambiente. Como consumidores, tenemos la responsabilidad de comprar de manera ética y consciente, en beneficio de las futuras generaciones. Es hora de volver la mirada hacia el cartón como la mejor opción; no solo por su fabricación, sino también por su mayor capacidad de reciclaje ante otros materiales y productos como el plástico. A la hora de comprar, elijamos al medio ambiente, elijamos cartón. Las pequeñas decisiones hacen los grandes cambios.