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El microcorrugado llegó para quedarse


Gracias a su flexibilidad, resistencia, maleabilidad y fácil manipulación, el microcorrugado es el material favorito para el embalaje.

El microcorrugado llegó para quedarse

Hace 3 año


Muchos son los materiales que existen y se utilizan para el empaquetado de diversos productos, pero solo el cartón corrugado satisface todas las necesidades del mundo actual.

El microcorrugado no es un invento del siglo XXI ni su uso en el mundo del embalaje es reciente; sin embargo, cada vez más industrias lo prefieren gracias a los beneficios que representa pues, en un mundo donde predomina el comercio internacional, el cuidado de los productos se ha vuelto una prioridad.

Un factor que ha favorecido el uso tanto del corrugado como del microcorrugado es su resistencia. Este tipo de cartón se compone de tres capas: una cubierta interior y otra exterior de cartón liso, y una hoja de corrugado u ondulado en el centro, a la cual se denomina flauta. El corrugado se clasifica de acuerdo con la estructura de la flauta, es decir, según la altura de sus ondas, lo que reduce el espacio entre ellas. El microcorrugado tiene una flauta tipo F, es decir, tiene una altura de 1.15mm (0.045 plg), por lo que cuenta con, aproximadamente, 96 ondas por cada 30 cm.

Esta estructura triplica la fuerza y resistencia del material, además, el aire que circula entre los espacios de las capas brinda un buen aislamiento térmico. De esta forma, las cajas hechas con microcorrugado son ligeras, lo que facilita su manipulación, seguras y resistentes, por lo que pueden transportar productos delicados y también pesados.

En este sentido, el microcorrugado ha sido la solución a múltiples problemas del empaquetado a diferentes escalas: desde la transportación marítima dentro de contenedores, hasta la entrega individual en una misma ciudad.  Esto se debe a las diversas presentaciones de este material. La presentación en rollos de este material permiten envolver amplias superficies sin importar la forma ni el tamaño del producto, mientras que las láminas ayudan a separar y dar estabilidad dentro de las cajas.

Por otro lado, su flexibilidad, ha facilitado y fomentado la creación de diseños versátiles y novedosos, como los empaques individuales adaptados a la forma del producto (las cajas para botellas de vino, por ejemplo) o las cajas-display que podemos encontrar en las tiendas de comestibles, las cajas de formas caprichosas que se adaptan a objetos de siluetas orgánicas. Así también, el microcorrugado es un material sobre el cual puede imprimirse, a diferencia, por ejemplo, del plástico o la madera. Por lo tanto, los paquetes de microcorrugado cuentan con la ventaja de llevar impresa la marca o, incluso, todo un diseño, es decir, color, imágenes, plastificado, grabado y más, lo que da un valor estético extra al producto.

En comparación con los paquetes hechos con otros materiales, específicamente con cartón plegadizo, los de microcorrugado brindan una mayor protección al producto. Para la venta individual y, sobre todo, para el e-commerce, la protección del producto es muy importante, pues si la entrega está dañada, seguramente perderemos un cliente. Por ello, las cajas de corrugado han ocupado el primer lugar para las ventas en línea.

En definitiva, el microcorrugado es un material que, si bien no es nuevo en el mundo, se presenta como la mejor opción para las necesidades actuales de la industria y el comercio, y se perfila como un material que llegó para quedarse.